El papa Francisco y la Fiesta de San Cayetano

 

El santuario de san Cayetano, patrono en Argentina del «Pan y del trabajo» se encuentra en el barrio Liniers de Buenos Aires, en la zona periférica del ciudad.

San Cayetano decía, “pan sin trabajo es humillación, trajajo sin pan es explotación, pan con trabajo es dignidad”

Cada año, el 7 de agosto se celebra su fiesta y miles de fieles se acuden al santuario donde se ponen en fila para pasar delante de la estatua de san Cayetano, besar el cristal de la pequeña urna que lo contiene y hacerse la señal de la cruz.

La noticiera ZENITH nos informó que como arzobispo de Buenos Aires, el entonces cardenal Bergoglio presidía la celebración en la fiesta de san Cayetano y, al finalizar la misa, recorría en sentido contrario la fila de los fieles para hablar con ellos, escuchar sus historias y bendecir a los niños.

Este año un videomensaje del papa fue transmitido cíclicamente en la televisión católica de Buenos Aires (Canal 21) y sobre grandes pantallas en la entrada. Estas son las palabras del santo padre en el mensaje:

¡Buenas tardes!

Como todos los años, después de recorrer la fila, hablo con ustedes. Esta vez la fila la recorrí con el corazón. Estoy un poquito lejos y no puedo compartir con ustedes este momento tan lindo. Este momento en que ustedes están caminando hacia la imagen de san Cayetano. ¿Para qué? Para encontrarse con él, para encontrarse con Jesús. Pero hoy, el lema de esta peregrinación, lema elegido por ustedes, seleccionado entre tantas posibilidades, hoy el lema habla de otro encuentro, y dice: «Con Jesús y san Cayetano, vayamos al encuentro de los más necesitados». Habla del encuentro de las personas que necesitan más, de aquellos que necesitan que les demos una mano, que los miremos con cariño, que compartamos su dolor o sus ansiedades, sus problemas. Pero lo importante no es mirarlos de lejos, o ayudarlos desde lejos. ¡No, no! Es ir al encuentro. ¡Eso es lo cristiano! Eso lo que nos enseña Jesús: Ir al encuentro de los más necesitados. Como Jesús que iba siempre al encuentro de la gente. Él iba a encontrarlos. Salir al encuentro de los más necesitados.

A veces yo le pregunto a alguna persona:
– ¿Usted da limosnas?
Me dicen: «Sí, padre».
– «Y cuando da limosnas, ¿mira a los ojos de la gente que le da las limosnas?»
– «Ah, no sé, no me di cuenta».
– «Entonces no lo encontró. Le tiró la limosna y se fue. Cuando usted da limosna, ¿toca la mano o le tira la moneda?»
– «No, le tiro la moneda»
«Y no lo tocaste, y si no lo tocaste, no te encontraste con él».
Lo que Jesús nos enseña es primero a encontrarnos, y en el encuentro, ayudar. Necesitamos saber encontrarnos. Necesitamos edificar, crear, construir, una cultura del encuentro. Tantos desencuentros, líos en la familia, ¡siempre! Líos en el barrio, líos en el trabajo, líos en todos lados. Y los desencuentros no ayudan. La cultura del encuentro. Salir a encontrarnos. Y el lema dice, encontrarnos con los más necesitados, es decir, con aquellos que necesitan más que yo. Con aquellos que están pasando un mal momento, peor que el que estoy pasando yo. Siempre hay alguien que la pasa peor, ¿eh? ¡Siempre! Siempre hay alguien. Entonces yo pienso, estoy pasando un mal momento, vengo a la cola para encontrarme con san Cayetano y con Jesús, y después salgo a encontrarme con los demás, porque siempre hay alguien que la pasa peor. Con esos, es con quienes nos debemos encontrar.

Gracias por escucharme, gracias por venir aquí hoy, gracias por todo lo que llevan en el corazón. ¡Jesús los quiere mucho! ¡San Cayetano los quiere mucho! Solamente les pide una cosa: ¡Que se encuentren! ¡Que vayan y busquen y encuentren al que más necesita! Pero solos no. ¡Con Jesús, con San Cayetano! ¿Voy a convencer a otro que se haga católico? ¡No, no, no! ¡Vas a encontrarlo, es tu hermano! ¡Eso basta! Y lo vas a ayudar, lo demás lo hace Jesús, lo hace el Espíritu Santo. Acordate bien: Con san Cayetano, los necesitados, vamos al encuentro de los más necesitados. Con Jesús, los necesitados, los que más necesitan, vamos al encuentro de los que más necesitan. Y ojalá Jesús te vaya marcando camino para encontrarte con quien necesita más.

Tu corazón, cuando te encuentres con aquél que más necesita, ¡se va a empezar a agrandar, agrandar, agrandar! Porque el encuentro multiplica la capacidad del amor. El encuentro con otro, agranda el corazón. ¡Anímate! «Sólo no se cómo hacer». ¡No, no, no! ¡Con Jesús y con san Cayetano!
Que Dios te bendiga y que termines bien el día de san Cayetano. Y por favor, no te olvides de rezar por mí. Gracias